
18 May Blockchain: La próxima evolución es… ¡ahora!
Blockchain. La cadena de bloques.
Hasta hace poco lo único que sabíamos de esta tecnología es que era la base de las criptomonedas. Y de estas, apenas conocíamos al Bitcoin. Pero hoy la realidad es otra.
La criptoeconomía es tan solo una de las aplicaciones del blockchain. Una que ha revolucionado el mercado financiero y que supuesto el comienzo de un cambio mundial.
Pero hay muchas más aplicaciones.
Para hacernos una idea, te pongo un ejemplo.
Imagina que el blockchain es internet y una criptomoneda es… pues un email. Menuda comparación, ¿no? Pues así de amplia es la diferencia entre ambos conceptos.
Ahora, lo que pretendo con este artículo es darte algunos datos para que puedas extraer tus propias conclusiones. Así podremos debatir un poco sobre blockchain. ¡Ya sabes que es algo que me apasiona!
Te preguntarás ¿José, por qué dices que el blockchain va a cambiar el mundo?
Un dato interesante: el sector financiero ha sido el primero en interesarse por explorar el mundo del blockchain, y el que lo ha hecho en mayor profundidad, posiblemente.
Pero hay muchos otros sectores que pueden verse beneficiados por esta tecnología, créeme.
La cadena de bloques tiene la capacidad de transformar miles de modelos de negocio en diferentes sectores, generando un gran impacto directo en nuestra sociedad.
Bajo unos estándares de alta seguridad, eficiencia y confianza que lo definen, el blockchain es capaz de abrir paso al desarrollo de nuevas y mejores herramientas, procesos más optimizados y nuevas aplicaciones.
Y es que, desde su concepción, ha sido considerado como un nuevo marco tecnológico disruptivo, prometiendo unos niveles de innovación en áreas financieras y de trazabilidad comparables al impacto que tuvo internet en la comunicación allá por su nacimiento.
Tres conceptos para entender mejor el blockchain
Vamos a ver tres conceptos que creo te pueden ayudar a entender un poco mejor todo lo que el blockchain puede hacer por nosotros.
Seguimiento y almacenamiento de datos
La cadena de bloques funciona como un sistema descentralizado.
¿Esto que quiere decir? Pues que los datos, la información (cada uno de los bloques de la cadena) se mueven a través de una red muy muy extensa de ordenadores que se convierten en la propia red de seguridad del sistema.
Gracias a esto podemos seguir los cambios que nuestros datos sufren a lo largo del tiempo, ya que estos permanecen intactos en sus viajes. Esto se debe a que existen múltiples copias de la misma información, de forma redundante, para así asegurar su inmutabilidad frente a cambios malintencionados.
Confianza y seguridad
Este concepto es clave. De hecho, es la base del blockchain.
El sistema nos permite interactuar directamente con nuestros datos y con el resto de la red en tiempo real, de forma que todos los equipos van verificando los cambios en las transacciones conforme estos van ocurriendo, generando una confianza sólida en la validez de los datos.
Transacciones de igual a igual
En el blockchain no hay intermediarios.
En lugar de compartir nuestros datos con una entidad como un banco o un abogado que actúe a modo de intermediario, lo estaremos compartiendo de manera directa con otros iguales a nosotros.
Esto es algo revolucionario. Una nueva forma de acceder, verificar y realizar transacciones entre nosotros.
Smart contracts, una pieza fundamental
Los contratos inteligentes (en inglés, smart contracts) son protocolos informáticos basados en blockchain. Su objetivo es facilitar y verificar las transacciones que vayan más allá de la mera compra y venta de divisas.
Igual esta infografía te ayuda a entender esto un poco mejor.

Su mayor beneficio es el garantizar el cumplimiento de las condiciones de los contratos entre dos o más partes de forma automática, haciendo que se cumplan al pie de la letra las condiciones que figuren en ellos.
Resumido, para un smart contract ‘el código es la ley’. El acuerdo establecido se cumplirá 100% sí o sí.
Vamos a hacer un ejercicio de imaginación. Supongamos:
Pepe y Juan quieren ponerse de acuerdo sobre un contrato que regule el modo en que debe regarse una finca agrícola.
Pepe, el regador, es el proveedor del agua. Mientras, Juan, es el agricultor.
En los últimos días está haciendo más calor, pero Pepe no ha aumentado el caudal de riego. Este descuido ha supuesto un impacto y daños en la plantación de Juan, por lo que este demanda que Pepe asuma una penalización económica.
Con un contrato tradicional, habría que apelar a la buena fe de ambas partes para alcanzar un acuerdo, y el cumplimiento de las bases establecidas en el contrato. Si no se alcanzara ese acuerdo, pues a Pepe y a Juan les tocaría pasar por un juzgado que impartiera justicia.
¡Ahora viene lo bueno! Con un contrato inteligente todo quedaría automatizado. Si aumenta la temperatura, el caudal de riego necesario por contrato puede actualizarse de forma automática, eficiente y optimizada.
De este modo, gracias a la cadena de bloques, Pepe estaría cumpliendo su compromiso de riego y Juan no perdería parte de sus cultivos por culpa de las altas temperaturas.
¿Qué te ha parecido esta pequeña historia? Se entiende, ¿verdad?
Los contratos inteligentes pueden aplicarse en cualquier escenario y cualquiera podrá crear fichas que representen certificados, cupones, derechos de acceso, pagos o cualquier fórmula que regule la relación entre cualquiera de los agentes del sistema legal y económico.
Por esto es por lo que digo que el blockchain está cambiando el mundo.
Las posibilidades que nos da esta tecnología son brutales. Es una herramienta clave para el empoderamiento empresarial y ciudadano, haciéndonos dueños y señores de nuestro propio tiempo y dinero.
¿Me crees ahora?
Con todo esto que te he contado, ¿Cuáles crees que son sus puntos débiles? ¿Y sus fortalezas?
Déjame un comentario y vamos a hablar de blockchain.
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